Y tú… ¿también crees en la «suerte»?


Los que me conocéis sabéis que presumo de no creer en la suerte. Más de una vez me habréis oído decir que la suerte no existe. Recuerdo por ejemplo y como si fuera ayer, cuando en época de exámenes mi madre me animaba deseándome suerte mientras salía de casa. Yo, borde de mi, siempre le contestaba con un «mamá, ¡qué la suerte no existe!» y me retiraba cual corderito mudo a ver si las circunstancias hacían viable sacar los cambiazos.

Hoy, los mismos que me habéis oído eso mil veces, os vais a sorprender con el post porque (siento defraudaos) el luchador contra el significado de esta palabreja se da por vencido y la reconoce con todas y cada una de las acepciones que la RAE le da. Sí, la suerte sí existe.

Pero no os preocupéis. No voy a quedarme ahí sin más, encogido de hombros y lamentando mi desdicha y todos estos años luchando con mi corto avío porque la suerte que yo siempre he negado, la que siempre pensé que no era fruto del azar sino de la preparación, la que hace que las cosas buenas pasen cuando lo merecemos, la que parece que nos ilumina cuando estamos en la tiniebla, la que hace que aprobemos un examen, la que nos hace encontrar ese trabajo que tan bien nos viene o ascender en el, la que nos pone delante a los mejores amigos del mundo o a la mujer de nuestra vida… esa suerte a partir de hoy paso a llamarla y con mayúsculas Buena Suerte. Y a la de la lotería, la de los dados, la de la ruleta… esa será la suerte que seguirá llamándose suerte a secas, con minúsculas y dedicada a los perdedores, a los que piensen que las cosas siempre ocurren por azar y a los que quieran consolarse pensando en algo así como «ea, eso es lo que hay» o «ea, es que a mi la vida no me sonríe».

Me aconsejó Manu diciéndome que la gente cada vez lee menos. Hoy mi post va más por dar unas pinceladas sobre el tema y recomendar un libro de escasas páginas y gigantes letras llamado «La Buena Suerte» (de Álex Rovira y Fernando Trías) que os iluminará mucho más que yo y mis percepciones en este aspecto.

Libro de fácil y rápida lectura cuenta la historieta de dos caballeros que para obtener un mismo fin (un trébol de 4 hojas que les de la suerte eterna) hacen cosas y tienen actitudes ante los sucesos a los que se enfrentan totalmente distintas.

Ambos se dedican durante los diferentes capítulos a poner de su parte para encontrar el trébol pero uno, ante las dificultades, ante los desencuentros, cuando las cosas no salen como espera… se desanima y deja de crear circunstancias positivas que le favorezcan encontrarlo. El otro (sí, el que finalmente lo encuentra) ante un obstáculo lucha por esquivarlo, ante los mismos problemas inventa soluciones imaginativas, escucha a los que le aconsejan y les hace caso, ante los que le dicen que no puede se empeña en perseverar.

Por mi parte os recopilo las reglas que el libro propone al final de cada capitulito para obtener esa Buena Suerte por la que cada uno de nosotros sí podemos luchar y a la que la mayoría de los que nos rodean hacen referencia cuando nos señalan y dicen «tú sí que tiene suerte en la vida» o más vulgarmente «tú sí que has nacido con una flor en el culo».

Os pongo el gusanillo, la miel en los labios. No vais a invertir más de dos o tres horas en leer el libro, yo que lo tengo os lo dejo si queréis. Merece la pena reflexionar un pelín sobre ello y darse cuenta que cambiar  las cosas casi siempre están en nuestras manos y merece la pena luchar por lo que queremos para que sea mejor.

A veces incluso pensamos que las cosas pasan por estar en el momento adecuado en el sitio adecuado, pero aún así dudo de si el estar ahí es fruto de la casualidad. Es más, creo que no y me puedo remitir a grandes hechos que tengo muy presentes en mi cabeza al escribir esto y que si queréis os cuento en privado.

Reglas de la BUENA SUERTE:

  • La suerte no dura demasiado tiempo porque no depende de ti. La Buena Suerte la crea uno mismo, por eso dura siempre.
  • Muchos son los que quieren tener Buena Suerte, pero pocos los que deciden ir a por ella.
  • Si ahora no tienes Buena Suerte tal vez sea porque las circunstancias son las de siempre. Para que la Buena Suerte llegue, es conveniente crear nuevas circunstancias.
  • Preparar circunstancias para la Buena Suerte no significa buscar sólo el propio beneficio. Crear circunstancias para que otros también ganen atrae a la Buena Suerte.
  • Si «dejas para mañana» la preparación de las circunstancias, la Buena Suerte quizá nunca llegue. Crear circunstancias requiere dar un primer paso… ¡Dalo hoy!
  • Aun bajo las circunstancias aparentemente necesarias, a veces la Buena Suerte no llega. Busca en los pequeños detalles circunstancias aparentemente innecesarias…, pero ¡imprescindibles!
  • A los que sólo creen en el azar, crear circunstancias les resulta absurdo. A los que se dedican a crear circunstancias, el azar no les preocupa.
  • Nadie puede vender suerte. La Buena Suerte no se vende. Desconfía de los vendedores de suerte.
  • Cuando ya hayas creado todas las circunstancias, ten paciencia, no abandones. Para que la Buena Suerte llegue, confía.
  • Crear Buena Suerte es preparar las circunstancias a la oportunidad. Pero la oportunidad no es cuestión de suerte o azar: ¡siempre está ahí!  …por tanto: crear Buena Suerte únicamente consiste en… ¡crear circunstancias!

Y como colofón final, os dejo mi definición personal de Buena Suerte que resume lo anterior:

BUENA SUERTE = PREPARACIÓN + OPORTUNIDAD

Estate preparado y con todos los deberes hechos. Busca o mejor crea la oportunidad y… ¡a triunfar! Si lo preferís: sembrad para luego recoger. Y perdonad que me ponga como ejemplo pero yo lo he hecho, lo hago y os aseguro que funciona.

Y si crees en Dios, por qué no decirlo, además tienes un arma poderosa para conseguir más eficiencia en todo lo anterior. Déjalo en sus manos, pídeselo con fe y así estando preparado y con los medios puestos esa oportunidad surgirá mucho más rápido y mucho mejor (esto también está verificado, seguro que por vosotros mismos). Y si no ocurre, porque muchas veces no ocurre… quédate tranquilo, seguramente es lo mejor porque algo indescriptible te espera más adelante 😉

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